En una olla, calienta el aceite de oliva y el ajo hasta que comiencen a salir pequeñas burbujas.
Apaga el fuego y deja enfriar unos minutos.
Agrega el resto de los ingredientes y colócalos en un envase de vidrio esterilizado.
Deja reposar durante la noche.
Sirve a temperatura ambiente.